Villa Berna y La Cumbrecita

A 40 kilómetros de Villa General Belgrano y sobre la falda de las Sierras Grandes se comenzó a gestar este asentamiento a partir de una estancia. Su acceso es de ripio (actualmente se esta asfaltando) y se debe dejar los vehículos en el estacionamiento que esta en la entrada, ya que es el único pueblo peatonal de todo el país y que de este modo protege su medio ambiente. Solo pueden ingresar con sus vehículos aquellos turistas alojados en hoteles de la localidad, personas con discapacidades serias, propietarios de inmuebles, proveedores, y servicios de mantenimiento. También debemos destacar que este pueblo no cuenta con estaciones de servicio, ni cajeros automáticos.

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A 1450 m.s.n.m. esta pequeña localidad posee muy pocas calles sumamente sinuosas, con una paz y limpieza increíbles. El pueblo es surcado por  numerosos arroyitos de aguas claras con ollas y cascadas.

La población es de alrededor de 450 habitantes, que viven en construcciones con un marcado estilo de los países del centro de Europa y que ofrecen a los visitantes no sólo el paisaje y la tranquilidad sino también su tradicional gastronomía y la hospitalidad tan característica en esta zona.

Entre las actividades propuestas se destacan el trekking y las cabalgatas.

Algunos paseos que pueden realizarse son:

 

  • Cerro Wank, demanda una caminata de aproximadamente 1 hora en ascenso, para llegar al punto panorámico donde puede observarse la majestuosidad del  valle.
  • La Cascada, salto de agua de 14 metros de altura sobre el arroyo Ambach. Así también podremos disfrutar de La Olla (Almbachsee), con una profundidad de 8 metros.
  • La Plaza de Ajedrez, que se encuentra en la división del camino interno. Tiene un particular  tablero gigante construido como piso y sus piezas son verdaderas obras de arte.
  • El Indio, punto de observación panorámico, al que se llega luego de una caminata en ascenso de unos 45 minutos.
  • El Castillo, una construcción con característicos símbolos y escudos grabados en la madera de sus muebles y en las piedras de su construcción, que se realizo en la década del 40.

También merece ser visitada la particular capilla de pequeñísimas dimensiones y la fuente de madera, que ya es un monumento histórico en medio del bosque de La Cumbrecita.

En los arroyos y ríos aledaños se practica la pesca deportiva de salmónidos, con devolución obligatoria. Es necesario tener Licencia de Pesca.

La Cumbrecita celebra sus Fiestas Patronales en septiembre, y durante el otoño el arte se da cita para el “Encuentro de Pintores”. Para los amantes de la fotografía todo el entorno ofrece un atractivo singular, desde los pájaros hasta los paisajes, pasando por la arquitectura, todo merece ser retratado.